Humanidades Digitales en Iberoamérica: desafíos institucionales para su desarrollo y consolidación

panel / roundtable
Authorship
  1. 1. Miriam Peña Pimentel

    Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) (National Autonomous University of Mexico)

  2. 2. Paola Ricaurte

    Tecnológico de Monterrey (ITESM)

  3. 3. Adriana Álvarez Sánchez

    Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) (National Autonomous University of Mexico)

  4. 4. Esteban Romero Frías

    University of Granada

  5. 5. Cristobal Suárez Guerrero

    Université de Valencienne

  6. 6. Virginia Brussa

    Universidad Nacional de Rosario

  7. 7. Enedina Ortega

    Tecnológico de Monterrey (ITESM)

  8. 8. Ana Teresa Morales Rodríguez

    Universidad Veracruzana

  9. 9. Alberto Ramírez Martinell

    Universidad Veracruzana

Work text
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Resumen
En las universidades iberoamericanas las Humanidades Digitales están construyendo un campo

emergente con diversas iniciativas a nivel institucional. Las instituciones de educación superior poseen características diversas que las distinguen por sus recursos humanos y financieros, sus infraestructuras físicas, tecnológicas y administrativas, sus modelos educativos y sus programas de estudio. Esta heterogeneidad genera condiciones diversas para la consolidación del campo. Sin embargo, aunque los contextos varíen, nos encontramos con elementos comunes en esas estructuras institucionales que obstaculizan el desarrollo de las Humanidades Digitales y, a la vez, pliegues o espacios liminales que posibilitan su avance. Este panel tiene el propósito de a) presentar un marco de referencia general sobre las HD en Iberoamérica, b) realizar un análisis de los desafíos como campo y un balance de los factores determinantes para el avance de las HD en español, c) identificar las estrategias que han sido aplicadas para la expansión de las HD en la región y, d) proponer acciones en red y mecanismos dentro de las universidades que permitan la consolidación del campo, a través de la práctica docente, la investigación, el desarrollo de capacidades, la formación de recursos humanos y la vinculación social de las Humanidades Digitales en el marco de los principios de una cultura digital crítica y libre. Descripción

En Iberoamérica existen instituciones de educación superior con características diversas que las distinguen por sus recursos humanos y financieros, sus infraestructuras físicas, tecnológicas y administrativas, sus modelos educativos y sus programas de estudio. Esta multiplicidad de contextos genera dinámicas y espacios diferenciados para la consolidación de las Humanidades Digitales en la región. Dentro de este contexto institucional variado, las HD en español están construyendo un campo emergente que posee características que lo distinguen de las experiencias en otras regiones y otras lenguas. Sin embargo, al abrir un línea de trabajo nos encontramos con múltiples elementos de esas estructuras institucionales que obstaculizan su avance. La formación de profesionales y el desarrollo de proyectos digitales se enfrentan a una serie de problemáticas dentro de las que se encuentran decisiones administrativas, el desconocimiento sobre el campo, las carencias en infraestructura o de mecanismos para que las universidades incluyan nuevas temáticas en el currículo a nivel de licenciatura, posgrado o como líneas de investigación.

Sostenemos que las instituciones cuentan con una serie de elementos estructurales que, a su vez, forman parte de un sistema de educación pero también de producción de conocimiento, por ello enumeramos aquí algunos de los elementos externos e internos del contexto en el que buscamos consolidar las HD en Iberoamérica con el fin de presentar un diagnóstico y una propuesta que permita a las instituciones tomar decisiones estratégicas si buscan transitar a un nuevo paradigma.

• Administración: las instituciones cuentan con un aparato administrativo que, en ocasiones, representa un obstáculo para el desarrollo de nuevas propuestas. El planteamiento de nuevos contenidos y conocimientos debe sujetarse a la estructura administrativa, lo cual puede permitir o impedir el desarrollo de las HD.

• Evaluación de la producción académica: aunque no es un problema nuevo, la presencia de medios digitales complejiza la valorización de los productos intelectuales, sólo tangibles en productos ya validados, como los libros o los artículos, sin embargo, hoy es posible desarrollar productos en soportes y formatos diferentes para los cuales no existe aún un mecanismo de validación o el que existe no ha sido adaptado para estas nuevas formas de producir conocimiento.

• Modelo educativo, planes de estudio y propuesta pedagógica: los distintos modelos educativos, planes de estudio o propuestas pedagógicas, sea cual sea el programa o nivel académico, obedecen a la división tajante del conocimiento en disciplinas, ello impide en la mayoría de los casos, impartir asignaturas que integren nuevas visiones pedagógicas, formas de trabajo, objetos de estudio, teorías y métodos de investigación o incluso romper con la compartimentación disciplinaria y la ampliación de entornos de aprendizaje

• Comunidad y cultura digital: la formación de profesionales depende no sólo del interés de los docentes, sino también de los propios estudiantes. Ambos grupos reconocen la necesidad de adquirir nuevos conocimientos y competencias digitales pero en muchas ocasiones únicamente desde un enfoque instrumental, lo cual no implica una reflexión sobre el impacto de medios digitales y de internet en el desarrollo de sus disciplinas.

• Infraestructura tecnológica: el acceso en términos de conectividad, hardware y software.

• Transdisciplinar: resultado de la

fragmentación y especialización disciplinar dentro de las estructuras universitarias, el trabajo colaborativo interdisciplinar y transdisciplinar es aceptado con cierta reticencia, dado que su desarrollo debe apegarse a las estructuras académicas y administrativas ya establecidas.

• Financiamiento: la investigación requiere de recursos económicos para la realización de proyectos pero también para la formación de los humanistas. Los aspectos mencionados se encuentran dentro de un contexto más amplio que reafirma la división estricta entre disciplinas, lo cual incide en el financiamiento para proyectos digitales desde la perspectiva de las HD. El acceso a recursos internacionales es limitado puesto que requiere de redes de colaboración y capacidades con las que no necesariamente cuentan los investigadores. Políticas públicas.

A pesar de que esta estructura institucional no siempre es favorable para el avance de las HD, se han desarrollado iniciativas en las universidades que van desde la organización de eventos de HD, la publicación académica de revistas especializadas, la creación de plataformas, la vinculación con otras iniciativas en el marco del movimiento de acceso abierto (MOOC, bases de datos, bibliotecas digitales, Wikipedia); hasta la implementación de laboratorios como parte de la estrategia para abrir o consolidar la práctica de las HD. El panel sobre Humanidades Digitales en Iberoamérica esbozará un estado de la cuestión y, a través de las diversas experiencias institucionales de los panelistas, buscará identificar los principales desafíos, prácticas exitosas y propuestas para generar mecanismos dentro de las universidades que permitan avanzar en el desarrollo del campo, la práctica docente, la investigación, el desarrollo de capacidades, la formación de recursos humanos y la vinculación social de las Humanidades en el marco de una cultura digital crítica y libre.

Introducción al panel
El panel muestra diversos intereses, aunque con un objetivo común: conocer las estrategias que han sido aplicadas para la expansión de las HD en Iberoamérica. Aunque existen algunos mapas y registro de proyectos, nuestro interés es entrar a profundidad en el análisis de algunos factores que consideramos determinantes para el avance de las HD en español. Como punto de partida, el panel presenta un marco de referencia general sobre las HD en Iberoamérica como introducción a los casos y cierra con un balance de la situación y los desafíos como campo con el propósito de identificar continuidades y fortalecernos a través de estrategias compartidas.

El panel aborda estudios de casos relevantes que reflejan la labor de las instituciones Iberoamericanas en las se han desarrollado proyectos e iniciativas para extender las HD, que han generado ya redes de colaboración y un sentido de pertenencia y reconocimiento mutuo. Este panel como resultado de esas redes de cooperación interinstitucional e internacional busca consolidar una apuesta conjunta, generar un espacio de discusión abierto y dar visibilidad al trabajo heterogéneo que se realiza en Iberoamérica. Si bien no se mapean todos los casos de HD en Iberoamérica, hay una voluntad explícita de incorporar, reconocer y rescatar las iniciativas de la región. Esperamos que a partir de la oportunidad de una discusión pública, podamos, en un futuro próximo, integrar académicos y experiencias de otras instituciones y países.

Desde Iberoamérica la comprensión de las HD es más amplia que en el mundo anglosajón, lo que muestra también un desafío en términos académicos, administrativos y de práctica de las HD. Consideramos relevante destacar nuestros contextos específicos de acción para luego identificar las estrategias más efectivas para avanzar en el campo, no únicamente a través de proyectos, sino a través de la formación de estudiantes, el desarrollo de competencias entre los investigadores y el incentivo de formación a futuro de una infraestructura colaborativa. Sostenemos que es necesario conocer el estado de la cuestión desde los aspectos más macro hasta los más micro. La inclusión de temas sobre tecnología, educación, cultura digital y transformación institucional en el panel responde a la necesidad de presentar la pluralidad de estrategias, proyectos e iniciativas que buscan ampliar las posibilidades de institucionalización de las HD, generando condiciones básicas para avanzar en la reflexión, el planteamiento de nuevos proyectos y la consolidación del campo en la región.

Las HD en los programas de Licenciatura de Humanidades. Estado de la cuestión
Adriana Álvarez Sánchez
Miriam Peña Pimentel
La división del conocimiento en Áreas ha permitido un alto grado de especialización disciplinaria, sin embargo, la inclusión de nuevos objetos de estudio -incluidos los digitales - requiere aproximarse y, en ocasiones, transitar hacia otras áreas del conocimiento, para ello es necesario que los estudiantes en formación conozcan no sólo los principios teóricos y técnicas de otras disciplinas, sino que lleven a la práctica esa interdisciplinariedad. Ello podría conseguirse si durante la licenciatura (bachelor) cuentan con, al menos, una experiencia de trabajo colaborativo con estudiantes de otras áreas. La inter y transdisciplina son consideradas características inherentes de las HD; por ello, la réplica de esta forma de trabajo podría ser incorporada a los planes de estudio actuales. El uso de recursos y herramientas digitales facilitan la colaboración entre disciplinas; sin embargo los planes de estudio actuales no consideran esta vinculación como un requisito, por el contrario, la tendencia en el “entrenamiento” de los estudiantes, tiende hacia el individualismo y la hiper-especialización; la única posibilidad de conexión con otras áreas del conocimiento (humanístico, social o científico) es la posibilidad de cursar materias optativas en otras facultades o de otras disciplinas -siempre y cuando se demuestre cumplir con los prerequisitos de cada materia, condición que se cumple con dificultad entre más “alejadas” estén las disciplinas-; la gestión o desarrollo de proyectos en pequeña o gran escala, no se enfocan en entablar procesos de investigación colaborativos, las estructuras jerárquicas se mantienen y la cadena de aprendizaje mantiene el status quo; perpetuando el modelo “tradicional” de trabajo. Es importante señalar que esta propuesta no ataca o desprestigia la estructura ni las formas tradicionales de la academia, por el contrario, busca ofrecer una serie de recomendaciones que en convivencia enriquezcan la experiencia universitaria en los diferentes niveles de acción: estudiantado, profesorado, investigación y administración.

En esta ponencia nos centraremos en dos disciplinas concretas: Letras Hispánicas e Historia.

La Licenciatura en Filología Hispánica tiene diferentes connotaciones dependiendo de la Universidad que imparta el programa de estudios (Lengua y Literatura Hispánicas, Letras Hispánicas, Literatura

Latinoamericana, etc.); el nombre de la carrera denota la tendencia a la que se enfoca cada licenciatura, desde el formato más general (lingüística y literatura), hasta el de enfoques delimitados (literatura latinoamericana); sin embargo, para fines prácticos, los egresados de cualquier modalidad de esta licenciatura, cuentan con una instrucción similar a lo largo de 8 semestres. A pesar de las diferencias en los planes de estudio que aquí se presentarán, en su mayoría coinciden con una falta evidente de apertura hacia la inclusión de propuestas “alternativas”; en el caso de la UNAM, por ejemplo, el plan de estudios de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas es de 1999; razón por la cual se entiende innecesario incluir una línea pedagógica hacia las Humanidades Digitales (o hacia la literatura electrónica o las “nuevas tecnologías”); sin embargo, en planes más contemporáneos (2012 en el caso de la Universidad Iberoamericana), encontramos faltas similares que, a juicio de las autoras de esta propuesta, de incorporarse a las prácticas pedagógicas podrían dar parte a una serie de programas interdisciplinares con tendencia a las Humanidades Digitales y la Pedagogía Digital; tendencias que consideramos necesarias para la innovación académica en las regiones periféricas.

La Licenciatura en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es un programa centrado en la historiografía como eje rector de la formación de un historiador al que se busca formar para la investigación, la docencia y la difusión. No obstante, que el programa fue creado a finales de los noventa, en su contenido únicamente se menciona en una ocasión Internet como parte de los métodos de búsqueda bibliográfica (Plan de Estudios de la Licenciatura en Historia, 1999, Vol. I, p.67).

Para realizar el diagnóstico planteado en el panel, se llevará a cabo una revisión crítica de los planes de estudio de estas Licenciaturas que se ofertan en la ciudad de México: Puesto que ambas licenciaturas tienen presencia en la mayoría de las universidades capitalinas, se decidió revisar los planes de estudios de las mismas instituciones: la Facultad de Filosofía y Letras (Escolarizado), UNAM; Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, y Universidad Iberoamericana, esta última de carácter privado. El objetivo, además de comparar los programas, es identificar “áreas de oportunidad” para plantear una propuesta para impulsar la interdisciplinariedad y el trabajo colaborativo a través de medios digitales, lo cual implicará considerar temas como el acceso, la infraestructura, etc., es decir, el contexto institucional de cada caso. Se considerarán las experiencias institucionales que la autora de la ponencia, en colaboración con la Dra. Miriam Peña Pimentel, han tenido como profesoras del Seminario Taller Especializado Humanidades Digitales (2014-2015) e Historia, e Historia Digital (2016) dentro de la Licenciatura en Historia, UNAM; el Seminario de Humanidades Digitales (2013-2016) y la Optativa: Humanidades Digitales en los estudios literarios (2016-2 y 2017-1); además de esfuerzos semejantes llevados a cabo en otras instituciones mexicanas, sin dejar de lado el contexto mundial. Todo ello con la intención de presentar un diagnóstico conjunto que permita crear un modelo para introducir las HD a nivel licenciatura en México.

La evaluación del conocimiento en la sociedad digital. Progresos para una alternativa en Humanidades Digitales
Esteban Romero Frías
Weller (2011), autor del libro The Digital Scholar, emplea el término Digital Scholarship para referirse al conjunto de actividades académicas facilitadas por las nuevas tecnologías. Un conjunto de cambios profundos que, para este autor, son producto de la convergencia de tres elementos: lo digital, lo conectado en red y lo abierto. Las transformaciones digitales producidas en el espacio de las Humanidades, denominadas Humanidades Digitales, representan un caso de especial interés para observar el desarrollo de estas prácticas, en muchas ocasiones conflictivas. Goodfellow, en un artículo de 2013 titulado “Scholarly, digital, open: an impossible triangle?“, señalaba justamente que lo abierto, lo académico y lo digital, constituyen categorías difícilmente compatibles tal y como se consideran en la actualidad. Ciertamente, en el ámbito de las prácticas digitales vinculadas al conocimiento, el conjunto de categorías que hay que tener en cuenta es muy diverso, existiendo un continuo en una pluralidad de dimensiones en las que podemos situar los distintos casos con los que nos enfrentamos. Algunas de estas categorías son, entre otras: lo académico/no académico, lo

digital/analógico, lo abierto-cerrado. Junto a esto surgen en el ámbito de la sociedad digital nuevas formas de generación y difusión del conocimiento que no son reconocidas por los sistemas de evaluación tradicionales centrados en el impacto bibliométrico. Más allá aún, la apertura que generan los medios sociales hace preciso medir otros impactos de la vida académica aparte del vinculado a la investigación. Esta problemática se agrava particularmente cuando nos referimos a las Humanidades Digitales, herederas de modelos tradicionales asentados durante muchos años. Para un efectivo desarrollo y consolidación de las Humanidades Digitales es preciso identificar y evaluar los nuevos artefactos digitales académicos que en muchos casos constituyen el principal resultado de un proyecto o de la carrera de un académico.

El proyecto Knowmetrics - evaluación del conocimiento en la sociedad digital, financiado en julio de 2016 por la Fundación BBVA en la línea de Humanidades Digitales, desenvuelve precisamente su trabajo en dos líneas. En la primera, con una perspectiva micro, se centra en la identificación de investigadores en Ciencias Sociales y Humanidades Digitales, en la elaboración de una taxonomía de artefactos digitales académicos y de indicadores para evaluarlos y en la propuesta de informe integrado de los impactos de la vida académica para humanistas digitales, incluyendo diversas dimensiones, desde la investigación a la implicación social. En la segunda línea, con una visión macro, trabaja en la evaluación del impacto digital del conocimiento en la universidades a través de diversas aproximaciones: a través de un índice Knowmetrics que se apoye en el trabajo anterior, a través de altmetrics y de medios propios de Internet, como es el caso de Twitter.

La aportación en la mesa redonda que se propone permitirá dar a conocer los avances efectuados por dicho proyecto cuando se encuentre en el ecuador de su ejecución en 2017.

Repensar la producción de conocimiento, las instituciones y las humanidades digitales
Virginia Brussa
Paola Ricaute
Enedina Ortega
En nuestro actual contexto, son frecuentes los cuestionamientos con respecto a la labor de las universidades, el sentido de la producción académica y su vinculación con los complejos problemas que aquejan a la sociedad. De acuerdo con Heleta (2016) los académicos no se encuentran perfilando los debates públicos. Menciona que anualmente se publica un millón y medio de artículos en revistas académicas, que son en su mayoría ignorados por la comunidad científica. En el caso específico de las humanidades, menciona que el 82% de los artículos no se cita ni una vez. Ello enfatiza una problemática que va más allá del acceso, también denota la necesidad de acción y agenda amplia de lo “abierto”.

En una entrevista realizada a Saskia Sassen (Torres, 2016) la socióloga destaca que el mundo académico no está respondiendo a las particularidades del momento. Los académicos, menciona Sassen, se “instalan” en zonas de confort: su carrera académica, sus publicaciones, el uso de categorías dominantes, y no arriesgan, ni en la comprensión profunda y problematización de los conceptos para abordar fenómenos contemporáneos, ni en abrir nuevas fronteras de investigación. Kathleen Fitzpatrick (2011) utiliza el concepto de obsolescencia como una categoría pertinente para dar cuenta de una serie de condiciones culturales asociadas con el sistema actual de producción y difusión del conocimiento en horizonte tecnocultural: la revisión por pares, las nociones de autoría, la categoría del texto y el papel de la universidad.

Esta situación pone de relieve al menos tres problemáticas que nos interesan: por una parte, la necesidad de reconfigurar el papel (y la estructura administrativa) de las instituciones educativas para que den respuestas a los problemas sociales desde nuevas aproximaciones y espacios de “encuentro” ; por otra, transformar los sistemas de producción de conocimiento; y por último, reflexionar sobre el lugar de las humanidades ( específicamente digitales) en este escenario. En este último punto, enfatizar el estado de situación de modalidades de Labs y la creación de herramientas digitales en el seno de nuestros espacios de HD.

Esta propuesta tiene como propósito ofrecer un panorama sobre a) un modelo de transformación institucional; b) una estrategia que permite reconceptualizar la producción de conocimiento desde la academia; y c) una apuesta para promover visiones alternativas sobre el trabajo de los académicos en las humanidades (digitales).

Si buscamos el desarrollo y la consolidación de las HD como campo en Iberoamérica, es necesario fortalecer espacios que fomenten modalidades democratizadoras y colaborativas en la producción de conocimiento, frente a la institucionalidad, estructura y formas pedagógicas propuestas en el seno del ámbito académico actual. Sostenemos la caducidad y el agotamiento de las instituciones sociales (universidad, partidos políticos, dependencias gubernamentales) concebidas como sistemas cerrados y autocontenidos, desconectados de la ciudadanía. Apelamos a la conformación de extituciones: formas organizacionales abiertas a la participación ciudadana como un aspecto fundacional de su constitución y operación.

La universidad debe reconfigurarse bajo este modelo para tener cabida en las nuevas dinámicas sociales. En este sentido, planteamos que las Humanidades Digitales no deberían estar exentas de estos debates y desafíos si se encuentran inscritas en los valores de colaboración, apertura e interdisciplinariedad. Manifestamos la necesidad de una opción crítica y pública en las humanidades que se hacen desde el sur global. Por esta razón, consideramos pertinente repensar los modelos triple hélice que consolidan los lazos entre universidad, gobierno y sociedad civil.

Frente a ello, nuestra propuesta se basa en presentar un planteamiento sobre la vocación y orientación de la humanidades en nuestra región, que contempla una serie de propuestas relativas a nuevas visiones, temáticas, procesos y proyectos. En relación con el impulso de los debates sobre la universidad de hoy, es menester hacer mención a la creación de nuevos espacios, metodologías y modalidades de producción del conocimiento, a la conformación de otras redes con comunidades y organizaciones, a la incorporación de esquemas flexibles y alternativos de colaboración, a las formas de mediación y las conversaciones en distintos niveles de lo “abierto”: institucional (gobiernos, universidades, ONG), temáticos (gobiernos abiertos, datos abiertos, ciencia abierta, ciencia ciudadana ), procesos y herramientas. Consideramos que desde las universidades es importante rescatar la vocación de experimentación y la generación de conocimiento en abierto para transformar la cultura académica, el entorno y las comunidades. Las humanidades tienen una oportunidad invaluable de incidencia en este proceso. Proponemos por tanto, líneas de acción que podrán aportar a dichos debates y problemáticas que enfrenta la universidad, así como el impacto que ello conlleva para la materialización de las Humanidades Digitales críticas y públicas en el ámbito regional.

La reconfiguración social de aprender en red
Cristóbal Suárez-Guerero
Paola Ricaurte Quijano
La educación de hoy se piensa y hace en internet. No obstante, el perfil y el papel de los agentes educativos en los entornos de aprendizaje en red es algo que cuesta definir no solo por la multiplicidad de agentes que hay, sino porque el paradigma dominante de “experiencia de aprendizaje” está sujeta a la relación unidireccional de profesor-estudiantes. Esta matriz de relación educativa entra en crisis cuando hablamos de interacción educativa en internet. Por tanto, más allá de las herramientas tecnológicas es preciso preguntarse ¿qué implica hablar de lo social cuando nos encontramos aprendiendo en internet? Para dar respuesta y entender la importancia de lo social en el aprendizaje hay que apelar a una pregunta invisible en el modelo educativo centrado en el docente: “¿con quién aprender?”

Como entorno de aprendizaje, internet es un entorno abierto -demasiado abierto para muchos- de aprendizaje donde su principal valor -junto al acceso a recursos- es la posibilidad de construir redes entre sujetos para aprender y trabajar con metas compartidas. Si hablamos de aprendizaje, la estructura de estas redes puede facilitar o potenciar los procesos de aprendizaje y la generación de conocimiento. No obstante, internet como entorno de interacción social no es uniforme. Hay que tener en cuenta que este entorno social en red, que configura internet, coexisten distintas formas de comunicación, las tradicionales, pero también formas emergentes e inéditas de comunicación y coordinación humana. Este panorama educativo en red implica, por lo menos, tres retos sociales para repensar con quien aprender: 1. Entender internet como ambiente social de aprendizaje más que como un entorno tecnológico. 2. Reconocer qué nuevo rol de aprendizaje se cumple dentro de la estructura social en red, y 3. identificar las transformaciones digitales de las organizaciones educativas en torno a la cultura educativa.

Para mostrar la reconfiguración social potencial se presentan una serie de casos que pueden dar una idea de la amplitud de perfiles y experiencias que ahora existen en la red. No obstante esta selección es parcial, y queda por desarrollar una serie patrones recurrentes en el trabajo en red y una serie de perfiles que abarcan, como se señala en el Peeragogy Handbook (Rheingold et al. 2015) roles potenciales en el proceso de aprendizaje entre pares tanto en los espacios digitales como físicos: el co-líder, co-director del equipo, editor, autor, procesador de contenido, revisor, presentador, comunicador, diseñador, curador, creativo, traductor, estratega, gerente de proyecto, coordinador, asistente, participante, mediador, moderador, facilitador, etc. A pesar de la variedad de nombres que pueda recibir “¿con quién aprender?” hay que reconocer que estamos frente a nuevos roles educativos. Todos estos roles tienen un denominador común: existen porque las condiciones de aprendizaje se han abierto más allá de la docencia y se emplea la red para crear otras formas de relación.

Por tanto, la aportación en la mesa redonda consiste en enfocar internet como un entorno educativo en red donde, además de la enseñanza, caben otros flujos de comunicación y formas de aprendizaje. Esto empuja a redefinir nuestra otredad al momento de pensar la pedagogía y el aprendizaje en distintas disciplinas y un desafío para la práctica de las Humanidades Digitales.

La urgencia de políticas de incorporación de TIC pertinentes en el área de humanidades: estudio de caso, Universidad Veracruzana
Ana Teresa Morales Rodríguez
Alberto Ramírez Martinell
La Sociedad de la Información y el Conocimiento

(SIC), es un paradigma postindustrial que asume como materia prima la información, donde se asevera que la productividad está basada en la generación de conocimiento (Castells, 2001). En esto, las TIC son un elemento fundamental que provoca alteraciones, rupturas y rompe esquemas en diversos ámbitos (Brunner, 2005). Cambian los modos de producción (Gibbons, 2001), las formas de socializar son distintas y para cada disciplina hay transformaciones específicas (Becher 2001; Trowler, 2012). Lo que hace necesario que los futuros profesionales sean capaces de incorporar las TIC en sus campos de conocimiento.

Es por eso que las Instituciones de Educación

Superior (IES) se han ocupado en incorporarlas en el contexto universitario y ponerlas a disposición de la comunidad universitaria. Entonces, se invierte en tecnología y proyectos de incorporación de TIC para que los egresados sepan usarlas. Pero ¿qué tan pertinentes y efectivos son estos proyectos y políticas?. En el caso de la Universidad Veracruzana (UV), los esfuerzos por incorporar las TIC, se hacen visibles en los planes de desarrollo que los rectores han planteado desde finales de los años 90 (PETIC, 2012), a partir de los cuales se han dictado las estrategias y líneas de acción para la incorporación de las TIC, entre las que destacan: la dotación de infraestructura (equipamiento, conectividad y servicios tecnológicos) para cada una de sus entidades académicas (PETIC, 2012) (las cuales se encuentran distribuidas en cinco regiones geográficas distintas); la implementación de programas de formación en TIC para el profesorado; la puesta en marcha de proyectos como AULA, en el que se capacita a profesores universitarios para el uso de TIC tanto para el diseño de sus clases como para su ejecución; el establecimiento de un marco común de computación para todas las licenciaturas de la universidad; la ampliación de la oferta de servicios de TIC institucionales como iTunes UV, la biblioteca virtual, el sistema de información distribuida Eminus creado al interior de la universidad, entre otros. Dado este contexto, es importante reflexionar que la incorporación de las TIC, implica no solo la dotación de infraestructura, sino que es necesario contar con habilidades digitales para usarlos recursos ya que se desconoce si se está garantizando que los estudiantes de las distintas disciplinas sean capaces de usar las TIC en sus actividades profesionales. Al analizar las políticas de incorporación de las TIC hemos observado que éstas han sido implementadas de manera homogénea (Morales, Ramírez y Excelente, 2016), aún cuando el sistema superior está fragmentado de acuerdo a las diversas disciplinas que convergen al interior.

Implementar políticas de incorporación de TIC de manera homogénea, no permite considerar las necesidades propias de cada disciplina, lo que evita una incorporación pertinente y por lo tanto ineficaz. Es por eso que en el proyecto de Brecha Digital, se ha diseñado una metodología para el análisis de los saberes digitales que requieren los egresados de distintas disciplinas (Casillas y Ramírez 2015). En esta se realizan discusiones colegiadas con las comunidades de académicos de determinada disciplina y se consensan cuáles son los saberes informáticos, informacionales, los requerimientos de comunicación, los elementos de ciudadanía digital y el software especializado, propio de cada disciplina. Esta información sirve como insumo para la actualización de programas de estudio de las carreras en cuestión, y de esta manera la incorporación se plantea que los expertos en cada disciplina (los profesores) puedan definir los saberes digitales mínimos que un egresado debe tener; esos que le permitan apropiarse de tecnologías que puedan usar en apoyo a su disciplina. Así mismo se han llevado a cabo análisis desde diferentes aristas, en los que encontramos que en el área de humanidades hay rechazo al uso de las TIC por parte de algunos profesores, la visión acerca de las posibilidades que éstas les brindan, aún son limitadas. Las pocas innovaciones que hay en el área de humanidades digitales, son escasas y provienen de profesores protecnológicos (Darín, 2015), y a pesar de que éstas resultan enriquecedoras, es necesario y urgente diseñar estrategias que permitan a la universidad encaminar a las carreras de humanidades hacia el uso de las TIC y dejar de tener solo casos de éxito aislados. Es preciso que el análisis y discusión de

cuáles son los saberes digitales que deben desarrollarse en los estudiantes de manera diferida en su formación profesional, se plantee a nivel institucional, ya que urge desarrollar en los estudiantes, habilidades que les permitan adaptarse a los cambios tecnológicos, pues de no hacerlo estarían dejando ir una de las grandes oportunidades que ofrece el mundo moderno y en la pasividad se quedarán en el papel de espectadores. Es necesario poder dar a los estudiantes de humanidades (y de todas las áreas), un capital tecnológico que pueda darles ventajas competitivas, hacerlos parte de los cambios y reconfiguraciones actuales, que sean dinámicos, y a su vez congruentes con las necesidades sociales.

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